miércoles, 23 de junio de 2010

El otro sin vos, por Fernando Peña

"¡Ya no hay más hombres!", gritan las mnujeres. "Las minas son todas unas histéricas", se quejan los hombres. "¡Yo no me siento un puto común, como el resto de los putos que son todos huecos!", decreta un puto. "No me gusta la torta masculina, marimacho... quiero una mujer como yo... femenina", se le escucha decir a una tortillera.
¿Por qué no aparece lo que estamos buscando? ¿Estaremos buscando con ganas de encontrar? ¿O es simplemente un relojeo frívolo que nos sirve como excusa para seguir justificando nuestra soledad?
El complejo de inferioridad que produce la modernidad, la incertidumbre de tener que ubicarnos en algo que no somos, nos lleva a la deshumanización y a la despersonalización. Los tics y las costumbres que hemos adoptado últimamente para parecer mejores hacen que estemos ajenos a nuestro ser, a nosotros, a nuestro carozo. Me tiene aburrido el discurso de la mayoría de la gente que balbucea sin ganas que es mejor estar solo que mal acompañado. Refuto, contraataco y contradigo esa afirmación absurda. Voto por estar mal acompañado a estar solo. No hablo de estar en soledad, estar en soledad es en cierta forma estar en paz... es reconfortante. Hablo de estar solo, solito y tu alma... solísimo... vos y vos sin vos... un puntito perdido. Es espantoso. Angustiante. Desesperante.
Casi como viendo nuestra imagen en una pantalla gigante diciéndonos a nosotros mismos que para estar mal con alguien perfiero no estar, seguimos estando solos. Es increíble como el miedo a acercarse al otro es mayor al miedo de permanecer solitos.También es increíble que sigamos buscando a esta altura de la soirée al príncipe azul y a la Cenicienta. ¿Todavía no quedó claro que no hay ni prínciples azules ni cenicientas? ¿Qué es una relación ideal? Mientras tratamos de encontrar a una persona física, tangible y concreta flotando dentro de esa utopía abstracta, pasan los días y estamos solitos.
Escribo sobre esto porque ayer celebré el cumpleaños de una amiga en mi casa. Mi amiga cumplió 55 años y fuimos un grupo de amigas y maricones a comer afuera. Para después de comer tenía enfriándose en la heladera unas botellas de champagne y una torta con la triste vela que resume la gran cantidad de años que alguien está por cumplir (esa velita es patética, es como que ya damos por sentado que no lo queremos al otro lo suficiente como para plantar 55 velas en un bizcochuelo o que no le van a dar los pulmones porque ya está viejo). Lllegamos a casa, descorchamos el champagne, el corcho voló, alguna se ilusionó con casarse, hubo gritos histéricos, risas de hiena, y no faltó el seudodiscjockey que se animó a animar la triste reunión de nosotros doce. Se escuchaban quejas y reclamos. Se escuchaban conjugaciones gramaticales rarísimas como por ejemplo: "¡Mirá lo que sería tener a George Clooney acá con un ramo de rosas, que te lleve a comer y después a un hotel divino y pasar la noche con él!", gritó una. "Dónde hay un hombre....", gritaba la otra. Raffaella seguía a garganta viva. Las chicas y las maricas fumaban compulsivamente. Humo, Raffaella, huecos, vergas, cenicientas y príncipes azules... Sentí la pata de elefante en el pecho, pedí disculpas y subí a mi cuarto. A las dos oo tres horas subió mi novio a preguntarme qué me había pasado. Le conté. Nos fuimos a dormir.
Al día siguiente escuché un gorrión, abrí los ojos y estaba el cielorraso. Me acordé de la noche anterior, del circo romano, de la cantinela de los solos, de la euforia, de Raffaella y sus gritos y de la eterna justificación de por qué no estoy con alguien. De pronto sentí frío, sentí el enojo de mis amigas, escuché el portazo de cuando se habían ido. De pronto empecé a recomponer el rompecabezas. De pronto me acordé otra vez, según ellas y mis amigas maricas, yo había estado como el orto y fuera de lugar. Yo, el mismo agresivo de siempre. Yo, que en un momento antes de sentir la pata de elefante me había parado en el medio del living y había dicho "¡Déjense de joder con ese discurso barato de porteño hiperpsicoanalizado! Hay mahocs, hay minas y hay putos. Enfrenten su pánico a que les vaya como el orto en una relación y su pánico a sufrir. Acepten que sólo conciben una relación si 'dura' lo suficiente como para que sus cabecitas reconozcan que fue una relación. Chicas, una relación puede ser encamarse hoy, amanecer mañana, almorzar y estar dos semanas juntos... y ya tuviste un novio... y fue tu novio... Tal vez no el que querías, tal vez no el príncipe azul. Pero te garchó, hubo ansiedad, adrenalina, esperanza, desilusión, llamaditos, no me... Y eso ya es una relación, es vivir. Me tienen las pelotas llenas, están muertas en vida. Me voy a dormir".
Eso fue el jueves. Hoy viernes a las seis de la tarde, escribiendo esta contratapa, sostengo que hay un miedo al cual no le estamos poniendo demasiada atención. Es el miedo a que nos vaya bien en una realción. Es el miedo a coger. Es el miedo a las diferencial del otro, a su aliento, a su vida, a su historia, a sus manías. Una relación pasional, una unión sexual y afectiva no se logra luego de una construcción mental, no sucede después de las reglas aparentemente sensatas que propone nuestra vergonzosa omnipotencia. Creo que no. Creo que una relación, una pasión, aparece y sucede cuando no tenemos miedo y estamos abiertos... y aquí me preguntarán ¿y cómo se hace para no tener miedo?
No sé cómo se hace pero te puedo explicar lo que yo siento. Siento miedo a estar solo. Siento ganas de coger, de tener mariposas en el estómago, de enfermar juntos de lo que sea... de pasión, de pestes... Tengo miedo de seguir sosteniendo mi vida solito y de no tener la valentía de que otro me la pueda llegar a robar, tengo ganas de que el otro me robe la vida, tengo ganas de dejar de ir a comer con un amigo como le había prometido, de cagarlo, de fallarle, de mentirle porque el amor que siento por él me tira de las tripas. Y si mi amigo no me entiende que se vaya a la mierda. Resumiento: tengo pánico de tener miedo, el miedo que no tienen los solitos...
La histeria, la obsesión por estar sanos, por no dejarnos invadir, hace que muchos estén solitos. Enfermate de una vez, apestate. Que te traguen la vida de un bocado y perdete en la inmensa oscuridad del otro. Ese miedo, ese vértido, esa caída libre, se llama permitirte enamorarte.

miércoles, 9 de junio de 2010

Memorias

No sé por qué quiero volver a hurgar todo mi pasado para descubrir el por qué hoy soy lo que soy. Y entender que yo misma elegí los caminos por los que anduve.
En esa retrospectiva encontré palabras de cuánto extraño a una persona, que cumplió su ciclo de vida y ya no está más.
Esas palabras me llevaron a la cosa puntual que extraño de esa persona en particular. Y sé que mis hermanos y mis primitos también.

Extraño cuando esa persona de pelo gris y bigotes, gordito, muuuy parecido a papá, se interponía con su silla en el paso y dibujaba una X en su cachete con su dedo índice, y TODOS entendíamos que ESO significaba la demanda de un beso en la mejilla. Éxtrañas formas de pedir las cosas. ♥

sábado, 5 de junio de 2010

Le temps qui passe

Era martes, hace tres años, cuando, extrañamente, me había embalado con la mejor onda para hacer fichas para Zulma.
Alguien me buscaba en la puerta, y con mi más inocente y alegre sonrisa de ver a esas dos personas que allí estaban para sacarme antes del colegio salí a abrazarlos. Qué ingenua, como si no fuera obvio que venían a darme malas noticias. Seguí sonriente, y mientras nos dirigíamos hacia afuera me dijieron "pasó algo feo"... y no hizo nisiquiera falta decir qué era. LA ABUELA.

La abuela con la que iba a almorzar ese mismo martes en su casa a la salida del colegio, MI abuela.

No me costó mucho entender que era lo que tenía que pasar, tarde o temprano. Ese día para mí fue muy temprano. Ese día estaba en mis planes verte, darte un beso y un abrazo, como cada martes y jueves. Pero ese martes ya estabas en paz.

Hoy y siempre te recordamos, y cuando lo hacemos es con una sonrisa en la cara, porque eras bien macanuda vieja! Así y todo te extrañamos, mucho! Y perdón si no estoy hoy escuchando al curita como te gustaría, prefiero estar acá recordándote a mi manera que esperar una hora para que un desconocido diga tu nombre sin saber lo que para mí significa.

miércoles, 26 de mayo de 2010

La mentira siempre está

La mentira viene y va
en el medio o al principio
la mentira siempre está

Al principio o al final,
la mentira siempre está.

Y vos, que me enseñaste a no mentir,
que me enseñaste a dialogar,
a ir con la verdad.

También me enseñaste
que la mentira siempre está,
y espero que entiendas
que yo también tuve mis razones.

jueves, 13 de mayo de 2010

Personas en el camino

Hace dos años dejé pasar a una persona en mi camino sin darle la chance. Tardé dos años en darme cuenta que tal vez el pibe era copado, DOS AÑOS. Me decidí a encontrarlo, a hacer una búsqueda, tal vez no sea muy tarde.
No obtuve muchos resultados, los datos que tengo son muy pocos.
Hoy me tocó hablar con una compañera, compañera de un grupo de trabajo. Mi compañera puede llegar a ser la fuente que me lleve a encontrarlo..
O la vida es muy loca, o me llegó el karma por lo bueno... o simplemente, la vida es vida.

domingo, 9 de mayo de 2010

Una chance más

Estuve pensando mucho en los errores que cometí en el pasado, cuando era lo que vos sos hoy: una cagona. Una cagona egoísta. No quería estar mejor porque no quería ceder, y cediendo es como se construye. 
Creí que esos errores eran imperdonables, que lo que perdí era imposible de recuperar. Me llegué a creer que no merecía una segunda oportunidad.
Fueron dos personas las que quisieron construir conmigo, enserñarme a construir, y yo... dejé que gane el miedo, los terceros, no le di lugar al amor.
Pero ya no, ya no.
Hoy sé que me merezco esa segunda oportunidad, sé que puedo, sé que aprendí de mis errores, sé que el miedo y el dolor son la peor combinación. Hoy ya no quiero perder, hoy qiuero poner mi parte, la que me vengo guardando con los años, para lograr una buena estructura, una construcción de a dos.
Hoy sí quiero! Hoy si puedo!

viernes, 7 de mayo de 2010

El juego

Estuve jugando a un juego. Juego macabro. Quise ser más de lo que soy, amplificarme, y la meta era gustarte.
Quise mostrarte las pertes que me gustan de mí, quise mostrarte lo que quise compartir con vos, pero la competitividad con mi yo natural, el que en realidad debí ser, me llevó a exagerar. Quise ser más de mí.
Perdí mi propio juego, el juego que no te invite a jugar conmigo. Perdí contra mí misma y vos, sin saberlo fuiste el juez. ¿Por qué? tengo que aprender que estos juegos son de a dos, y nunca se puede perder si no hay jueces.